domingo, 20 de noviembre de 2011

Al menos 17 personas mueren en Siria antes del fin de ultimátum de Liga Árabe

Al menos 17 personas, once de ellas civiles, murieron el sábado en Siria pocas horas antes de expirar un ultimátum de la Liga Árabe que conmina al régimen sirio a cesar la represión de la revuelta popular.


En una entrevista del dominical británico The Sunday Times, el presidente sirio, Bachar Al Asad, sostiene que el ultimátum es para "proporcionar a los países occidentales un pretexto para una intervención militar en Siria.

Al Asad se manifiesta "totalmente" dispuesto a combatir y morir si debe enfrentarse a fuerzas extranjeras, dice sentir pena por cada gota de sangre derramada en su país pero afirma que su régimen debe velar por el respeto de la ley frente a bandas armadas.

"El conflicto continuará y la presión para someter a Siria continuará", declara el presidente sirio, y añade: "Siria no se inclinará".

Damasco no ha respondido oficialmente a la Liga Árabe, que el miércoles le dio tres días de plazo so pena de sanciones económicas, después de suspender a Siria de los trabajos de la organización.
Según una fuente de la Liga Árabe, el plazo acordado al régimen expiraba el sábado a medianoche (22H00 GMT).

Cada vez son más las voces que advierten contra el peligro de guerra civil en Siria, uno de los países más importantes de Medio Oriente, aliado de Irán, de los grupos islamistas del Hezbolá y del Hamas palestino.
A pesar de los llamamientos internacionales a la moderación, once civiles murieron este sábado por disparos de las fuerzas de seguridad en las provincias de Homs, Hama e Idlib, según Rami Abdel Rahman, del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), organismo con sede en Gran Bretaña.

Además, cuatro agentes de los servicios de inteligencia murieron por disparos de soldados disidentes en el centro del país, según el OSDH.
Al mismo tiempo, dos militares que desertaron perecieron en enfrentamientos con el ejército regular en la región de Homs, según la misma fuente.

El viernes, las fuerzas de seguridad sirias mataron al menos a 15 personas al disparar contra miles de manifestantes que pedían la expulsión de los embajadores de Siria en el exterior.
La Liga Árabe dio hasta este sábado a Damasco para que "detenga la sangrienta represión", so pena de sanciones económicas.

La Liga se puso firme ante el incumplimiento sirio de su plan de salida de crisis, que prevé el fin de la represión, la retirada de las tropas de las ciudades, la liberación de miles de detenidos y el envío de observadores árabes.

Frente al recrudecimiento de la violencia, Estados Unidos, Francia y Turquía, también Irán, han dicho que temen una "guerra civil" mientras se multiplican los ataques de militares disidentes en paralelo con las manifestaciones pacíficas.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, estimó que el presidente sirio "ha pasado el punto de no retorno" y corre el riesgo de acabar coli el libio Muamar Gadafi y el iraquí Sadam Husein. "Vemos por primera vez fracturas en su respaldo", añadió.

Estados Unidos, la Unión Europea y Turquía preconizan un aumento de las sanciones. París, Berlín y Londres quieren presentar una resolución al Comité de Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU para condenar la representación, y la votación podría tener lugar el martes.

Pese a las crecientes presiones de los occidentales y de los árabes, el régimen del presidente Bachar Al Asad aún encuentra algún apoyo entre sus aliados de Rusia y China, que rechazan cualquier injerencia extranjera en Siria, pese a los enfrentamientos que han causado en este país ya más de 3.500 muertos en ocho meses, según la ONU.

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