Apenas unas pocas horas después de que Roma viviera celebraciones
espontáneas en las calles por la salida del Berlusconi, el presidente
Giorgio Napolitano se reunió con los líderes de ambas cámaras de
Parlamento.
Las consultas continuarán hasta cerca de las 17:00 GMT, después de lo
cual se espera que Napolitano solicite al ex comisario de la Unión
Europea Mario Monti que intente formar un Gobierno de tecnócratas antes
de la apertura de los mercados financieros el lunes.
Berlusconi tuvo que encarar un coro de abucheos e insultos cuando era
conducido hacia el Palacio Quirinale para presentar su renuncia a
Napolitano.
La multitud fue creciendo paulatinamente después de que el Parlamento
aprobara una nueva ley de presupuesto el sábado por la tarde,
despejando el camino para que Berlusconi cumpliera con su promesa de
dejar el Gobierno tras no conseguir una mayoría legislativa en una
crucial votación el martes.
Tras semanas de incertidumbre política y crecientes llamamientos de
sus socios internacionales para que controlase su enorme carga de deuda,
los costes de crédito de Italia llegaron a niveles casi inmanejables
esta semana, amenazando a Europa con un nuevo colapso financiero.
Monti, nombrado senador vitalicio esta semana, se reunió el sábado
con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, y con
políticos de varios partidos italianos al comienzo de los preparativos
para la transición incluso antes de la renuncia formal de Berlusconi.
Hasta el momento no ha sido nombrado oficialmente primer ministro
pero recibió el apoyo de grupos de oposición y la aceptación, bajo
condiciones, del partido de centroderecha de Berlusconi, PDL, después de
que fueran superadas las objeciones de varias facciones políticas.
"Al final prevaleció el sentido de responsabilidad", dijo Mario
Baccini, un legislador del PDL. El político afirmó que el partido
apoyaría al Gobierno de Monti siempre y cuando se apegara a las reformas
acordadas por la saliente administración con la Unión Europea.
Con las próximas elecciones previstas para 2013, el nuevo Gobierno de
tecnócratas podría tener un plazo de hasta 18 meses para aprobar las
severas reformas en el Parlamento, pero de todas formas tendrá que
conseguir una mayoría legislativa y podría caer antes de finalizar su
mandato.
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