EL CAIRO (Reuters) - Un atacante suicida se inmoló el viernes en un
coche bomba en el estacionamiento de unas instalaciones de alta
seguridad en El Cairo, causando la muerte de al menos cuatro personas,
en uno de los peores ataques contra el Estado egipcio en meses, dijeron
autoridades.
La explosión registrada a primera hora de la mañana alcanzó a la
Dirección de Seguridad de El Cairo, que incluye a la policía y seguridad
estatal, y la columna de humo era visible en la capital, lo que
generaba temor a que la insurgencia islamista esté g
anando terreno.
Horas después del ataque, se produjeron otras dos explosiones en la ciudad.
Un dispositivo explosivo mató a un policía e hirió a otros nueve en
un barrio de la capital egipcia, según informó el Ministerio del
Interior en un comunicado.
Fuentes de seguridad dijeron que una persona que pasaba conduciendo
entre vehículos de seguridad lanzó una granada de mano en su dirección.
Los muertos en la primera explosión incluyen a tres policías, según
fuentes de seguridad. La televisión estatal citó al Gobernador de El
Cairo diciendo que 50 personas resultaron heridas.
Testigos de Reuters escucharon disparos inmediatamente después de la
explosión, que afectó las ventanas de las tiendas cercanas. Había
escombros de madera y metal esparcidos a cientos de metros en las
inmediaciones.
Un cuerpo cubierto con una sábana yacía en medio de un charco de sangre junto a un motor de auto destrozado.
La televisión estatal citó a testigos diciendo que hombres armados
que iban en motocicletas abrieron fuego contra edificios luego de la
explosión.
Nadie se adjudicó inmediatamente la responsabilidad por el ataque,
que llegó un día antes del tercer aniversario de la revuelta que derrocó
al autócrata Hosni Mubarak y generó esperanzas de una democracia
estable en la nación más poblada del mundo árabe.
En cambio, la actual turbulencia política y la violencia en las calles ha perjudicado la inversión y el turismo.
ATAQUES DE MILITANTES, EN AUMENTO
Luego de destituir al presidente elegido democráticamente Mohamed
Mursi de Hermanos Musulmanes en julio del año pasado tras masivas
protestas contra su Gobierno, el jefe del Ejército, general Abdel Fattah
al-Sisi, reveló una hoja de ruta política que aseguró que llevaría a la
realización de elecciones y traería la calma a Egipto.
Las fuerzas de seguridad han matado a cientos de miembros de
Hermanos Musulmanes y encarcelado a otros miles, incluidos sus máximos
líderes.
El Gobierno respaldado por el Ejército ha retirado efectivamente al
movimiento de la política y muchos egipcios se han vuelto contra los
Hermanos Musulmanes luego de un año de problemático mandato de Mursi.
No obstante, las autoridades están teniendo problemas para contener
la violencia de militantes islamistas. Extremistas con sede en el Sinaí
incrementaron los ataques contra las fuerzas de seguridad desde el
derrocamiento de Mursi, matando a cientos de personas, por lo que la
transición política se ha demorado.
Los ataques en otras partes de Egipto también han aumentado,
generando temor a que el país pueda enfrentar una insurgencia islamista
similar a la que padeció en la década de 1990.
(Reporte adicional de Shadia Nasralla; Escrito por Michael Georgy;
Traducido en la Redacción de Madrid; Editado en español por Ana Laura
Mitidieri)
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