El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés)
arrestaron en la ciudad de Los Angeles a más de 240 inmigrantes con
antecedentes criminales y que representan una amenaza a la seguridad
pública.
El operativo de cuatro días en el sur de California batió récord en
el número de detenidos con un total de 191 ciudadanos mexicanos y otros
de un total de 21 países entre los que se encuentran Perú, Guatemala, El
Salvador, Tailandia, Francia y Ghana.
El 56% de los detenidos había sido condenado anteriormente por
delitos graves como abuso de menores, narcotráfico y posesión de armas.
Cuatro de los arrestados están procesados por la justicia por haber
entrado de nuevo al país de forma ilegal tras haber sido expulsados en
el pasado.
Entre ellos están Vicente Onofre-Ramírez un mexicano sentenciado en
2002 en Nueva York por ataque sexual. Onofre-Ramírez fue deportado
después de cumplir su sentencia.
Otro de los detenidos incluye a un guatemalteco de 46 años también
previamente sentenciado por abuso sexual a menores y un salvadoreño de
50 años sentenciado por dos cargos criminales que involucra el abuso
sxual a menores.
Las leyes federales establecen que las personas arrestadas durante
las redadas con órdenes de deportación o que ya han sido deportadas
pueden ser expulsadas inmediatamente del país.
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